Tokei no iranai hakarenai nagasa no haru wo
uki datte wa aruite yuku futarinokyori
suu senchi ga totemo tooi
No necesito un reloj para saber qué tan larga es la primera.
Incluso si la distancia entre los dos al caminar
es de unos cuantos centímetros, se siente demasiado lejos.
Hora ima, tobitate
natsu no kumo wo te de tsukanda
katachi ga naku kusuguttai
youna kimochi de
kaze ni fukare asette ita (koro)
Vamos, ahora alza el vuelo
y atrapa una nube de verano con tus manos.
No de forma delicada,
sino con emoción.
Impaciente por sentir el viento (de tu alrededor)
Oboete irukai doko e yuku no ka
kimenaide ii yo kono mama tsudzukeyou
¿Recuerdas hacía dónde hay que ir?
No logro decidir si continuar de esta manera.
Tokei no hari o makou
sakaime no mienai aki ni
mi o chidjimete aruite yuku futarinokyori
suu senchi wa tokubetsuna nanika de
Dejemos las manecillas del reloj
en la frontera de un otoño invisible.
El reducir la distancia entre los dos al caminar
a unos pocos centímetros, es algo especial.
Omoidaseru ka deatta hi no koto
ima mo kawarazu anomama tsudzui teru
¿Recuerdas el día en que nos conocimos?
Aún ahora, continuamos siendo igual.
Hora ima, tobitatou
meguri yuku kisetsu no hashi de
omoukoto wa doko made ikeru ka tte koto de
kaze ni fuka re kitai shi teta itsu made mo
Vamos, ahora volemos.
y vayamos hacia el final de la estación.
Pensando qué tan lejos podemos ir.
Siempre con la esperanza de sentir el viento.
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